SENTIDO COMÚN

SENTIDO COMÚN

Ante la contingencia climática, contamos con un gran banco de datos empíricos respecto a la crisis medioambiental, mediante el uso de tecnología avanzada, una amplia y diversa comunidad de profesionales, sumado a políticas de gobierno de países alineados en protección conservacionista y una gran cantidad de organizaciones ambientales que buscan aminorar el impacto esencialmente humano sobre nuestro planeta.

Derretimiento de glaciares, lluvias y tormentas inusuales, familias y ecosistemas afectados, mares cubiertos de plásticos en las orillas de sus playas, olas de calor que afirman que los últimos 8 años son los más calurosos.

Podría continuar con una serie de consecuencias adversas a nivel global y abrir un debate respecto a los resultados de los actores citados anteriormente. La información está en todas partes. Basta con leer noticias o simplemente visitar las redes sociales. Pero no es la intención de esta columna.

‘’Los invito a dejar de lado todo tipo de tecnicismos y cálculos para centrarnos en un concepto simple, sin ningún tipo de título o doctorado en ciencias para ayudar desde nuestra tribuna personal a combatir la crisis climática: sentido común. Estamos en una carrera contra el tiempo. El clima de nuestro planeta corrió sus cercos hacia otras latitudes y resulta inevitable no reflexionar sus anomalías”.

Pueden acusar estos párrafos de palabrería catastrófica, otros pueden creer que los cambios son producto de un “ciclo normal de la tierra” y continuar con nocivas prácticas, devorando recursos que primitivamente han permitido la existencia de vida en la Tierra, pero lo único cierto es que sin aguas frescas, sin aire limpio y sin tierra fértil nuestra existencia corre grave peligro.

¿Qué podemos hacer?

1. Utilizar más transporte público para reducir la emisión de carbono; transporte cero emisión como una bicicleta o algún medio con energía verde de bajo impacto.

2. Reducir el consumo de carne de la ganadería industrial, que es uno de los grandes contaminantes de la atmósfera.

3. Comprar productos que tengan un origen cercano para evitar la contaminación que supone su transporte y que sean de temporada, para evitar medios de producción que no son sostenibles.

4. Controlar y reducir el consumo de agua.

5. Reducir y reutilizar el consumo de ropa.
6. Reciclar de manera responsable separando y limpiando cada uno de los materiales.

7. Ahorrar y reducir el consumo de electricidad con artefactos eficientes, iluminación de bajo consumo y generadores de energía renovable.

8. Reutilizar desechos orgánicos para fertilizar la tierra. Solo con esto se reduce la basura tradicional en más de un 50%.

Para provocar un impacto positivo de mayor escala, debemos compartir estás prácticas con nuestro entorno, principalmente con las nuevas generaciones. El lenguaje crea realidades. La educación genera costumbres. Generemos una buena para nosotros y para las futuras generaciones.

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Cristián Arriagada.

Actor y cofundador de Ruta Azul / @rutazul.cl.

 

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