Aunque en fue en Europa que se popularizaron, pasando de ser un objeto práctico a ser un elemento de diseño, lo cierto es que los paraguas no fueron creados en las lluvias calles de Londres ni París.
¿Qué haríamos sin los paraguas? Ya sea que estés en una zona de muchas precipitaciones o en la ciudad de Santiago donde la lluvia ya parece ser algo extraño, lo cierto es que el paraguas es algo que más de una vez has usado. Asimismo, la industria de la moda, el cine y la literatura lo han convertido en emblema de importantes personajes y colecciones.
Si pensamos en su origen, seguramente tu cabeza te lleve directo a alguna región del continente europeo, a una neblinosa mañana británica o una tarde de fuertes lluvias en Champs Elysees en un diciembre parisino. Sin embargo, hoy vamos a contarte porque este bastón con tela impermeable retráctil se habría creado en oriente.
Según cuenta la leyenda china, fue una joven llamada Lu Mei quien creó el primer paraguas. La joven desafió a su hermano a construir un instrumento que les permitiera estar bajo la lluvia disfrutando de la belleza del paisaje sin mojarse. De acuerdo con la creencia popular, fue así que el ingenio de Lu Mei la llevó a crear un lindo paraguas con varillas de bambú y una tela bordada, ganándole a su hermano la apuesta. Luego, gracias a la ruta de la seda, este invento comenzaría su expansión por el continente asiático.
Finalmente, fue Jonas Hanway (1712-1786), un viajero y filántropo bricánico, quien popularizó el paraguas en Inglaterra. Tras volver de una viaje por Persia, Hanway decidió llevar este ingenioso objeto a su país y utilizarlo para los lluviosos días de Londres.
Fue un inglés quien comenzó a popularizar este accesorio en Londres. Siendo claramente una excentricidad al comienzo y convirtiéndose luego un objeto básico para recorrer Londres.
Un dato curioso, este innovador caballero inglés era conocido por ser ferviente opositor a la tradición de beber té, pero de eso hablaremos otro día.
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