LESIONES DE RODILLA: PREVENCIÓN, DIAGNÓSTICO Y ENFOQUES TERAPÉUTICOS
La rodilla, una de las articulaciones más grandes y complejas del cuerpo humano, está diseñada para soportar peso, absorber impactos y facilitar el movimiento. Sin embargo, esta complejidad la hace susceptible a lesiones que pueden afectar significativamente la funcionalidad y calidad de vida.
PRINCIPALES LESIONES:
Ruptura del Ligamento Cruzado Anterior (LCA)
El LCA es esencial para la estabilidad rotacional de la rodilla. Las lesiones suelen ocurrir durante deportes de alto impacto con giros rápidos, como fútbol, básquetbol y esquí. Muchas requieren reconstrucción quirúrgica, aunque en algunos casos se opta por kinesiterapia y fortalecimiento muscular (Lohmander et al., 2018).
Lesión de Menisco
Los meniscos, estructuras cartilaginosas entre el fémur y la tibia, actúan como amortiguadores. Las lesiones pueden ser traumáticas o degenerativas y afectan tanto a personas activas como a mayores de 40 años. Los tratamientos van desde kinesiterapia hasta reparación artroscópica, según el tipo y ubicación del desgarro (Drosos et al., 2021).
Lesiones del Ligamento Colateral Medial (LCM)
Estas lesiones, comunes en deportes de contacto, son causadas por golpes laterales. La mayoría se trata con inmovilización temporal y rehabilitación gradual, aunque casos graves pueden requerir cirugía (Griffin et al., 2020).
Artrosis de Rodilla
La artrosis, un trastorno degenerativo del cartílago articular, provoca dolor y rigidez. Un enfoque multidisciplinario que combine ejercicio terapéutico, pérdida de peso y medicación es el más efectivo (Hunter et al., 2019).
DIAGNÓSTICO:
Un diagnóstico preciso es clave para un tratamiento efectivo e incluye:
Evaluación clínica: inspección visual, palpación y pruebas específicas.
Imagenología avanzada: resonancia magnética para lesiones de tejidos blandos y radiografías para fracturas o degeneración.
Artroscopia diagnóstica: aunque menos común, es útil en casos complejos.
TRATAMIENTO:
El enfoque terapéutico varía según la lesión:
Conservador: el protocolo R.I.C.E. (reposo, hielo, compresión y elevación) combinado con fisioterapia suele ser suficiente para lesiones leves.
Cirugía artroscópica: minimiza el daño a los tejidos y acelera la recuperación.
Terapias regenerativas: inyecciones de PRP y células madre están ganando popularidad por su capacidad de estimular la reparación articular (Filardo et al., 2021).
PREVENCIÓN:
Prevenir esta lesion es esencial, especialmente para deportistas o personas activas.
Las estrategias incluyen:
Fortalecimiento muscular: mejora la estabilidad y resistencia de la rodilla.
Calzado adecuado: proporciona soporte y amortiguación.
Técnica deportiva correcta: reduce movimientos perjudiciales.
Las lesiones de rodilla son un desafío común pero manejable. Con un diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y medidas preventivas, se pueden minimizar sus efectos, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
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