DISFRUTAR EL PRESENTE

Hace un par de días, en el criadero Santa Ana de Melipilla, hicimos un “Rodeo Familiar”. Juntamos un centenar de personas en torno a lo que verdaderamente nos gusta, los caballos y nuestras tradiciones. Nos olvidamos de la competencia, las formalidades, las formas, fuimos todos auténticos y disfrutamos. Lo hicimos a tal nivel que generamos una camaradería mágica. Reinó un ambiente de sencillez, familiaridad y goce pocas veces vistos. Volvimos todos a nuestro origen, a compartir con nuestra familia, con nuestros amigos, con nuestros colaboradores en torno a nuestro querido caballo, esta vez contando con tres razas, árabe, chileno y frisón.

Alabamos y vitoreamos cada triunfo, sin importar que no fuera el nuestro. Reímos y nos alegramos con cada logro, tanto propio como ajeno. Nos motivamos los unos a los otros en todo momento y le dimos un gran ejemplo a los niños presentes sobre disfrutar la vida de manera sana, en torno al deporte que tanto nos gusta, cuidando y queriendo a nuestros animales, resguardando y transmitiendo los profundos valores de nuestras tradiciones huasas y campesinas. Nos dimos cuenta una vez más, al ver a los niños presentes y participando, que ellos son nuestro futuro, que es nuestro deber como padres y tutores es mostrarles las maravillas de nuestra tierra y crearles desde edad temprana el sentimiento de profunda chilenidad.

Compartimos con tremendos arregladores y con grandes jinetes. Aprendimos de sus enseñanzas, que traspasan con una humildad sobrecogedora. Los vimos abrirse a otras culturas y a otras razas con pasión y alegría, como cuando en un momento memorable del día, Cristóbal Cortina y Gonzalo Abarca, los actuales jinetes campeones del Rodeo Chileno, vistieron las ropas de gala beduinas y montaron caballos árabes con una enorme sonrisa en sus rostros. ¡Qué generosos fueron de regalarnos ese momento! Luego muchos invitados los imitaron, montando esos dos lindos ejemplares árabes en sus intrincados ropajes. Estoy segura de que cada uno de ellos se sintió como Lawrence en Arabia.

Ese día fuimos consientes de nosotros mismos, de nuestro presente. Del aquí y el ahora. Ese día entendimos a cabalidad el conceto del “mindfulness”. (El mindfulness, también llamado atención plena o consciencia plena, es una actividad o estado mental consistente en estar atento de manera consciente e intencional a lo que se hace en el momento presente, sin juzgar, apegarse, o rechazar en alguna forma la experiencia).

Esta columna es una invitación a estar presente y consciente en todo momento. Es un llamado a disfrutar lo que nos gusta, a volver al origen. A conectarnos con nuestra tierra, con nuestros animales y con nuestras tradiciones. A entender que somos uno y que somos todo. A comprender que nuestros actos tienen consecuencias y a hacernos cargos de ellas. A traspasar valores a las generaciones que vienen y a criarlos de manera consciente para que de esa forma ellos lo hagan con sus hijos y sus hijos con sus hijos.