También, comprender que el suelo contiene microorganismos vivos, bacterias, hongos, partículas muertas y materia orgánica en estado de descomposición. Los fertilizantes químicos matan a los microorganismos buenos y malos del suelo y contribuyen a contaminar nuestra naturaleza.

El propósito de la agricultura ecológica es poder mantener la proliferación de estos microorganismos, ya que es fundamental para mantener el sistema inmune de nuestra tierra alto, si logramos esto las plantas de nuestro huerto estarán sanas y fuertes y podrán defenderse de plagas y enfermedades.

Uno de los papeles más importantes que realizan los microorganismos se basa en la transformación continua del suelo. La función principal consiste en la degradación de la materia orgánica compleja que está formada por muchas cadenas de carbono y azúcares, hasta hacerla fácilmente asimilable por la planta a través del agua.

Para favorecer un suelo rico en microorganismos y así poder obtener mejores beneficios en nuestros cultivos, a nivel de producción y protección frente a enfermedades, éstas son algunas de las pautas que tenemos que seguir:

• Mantener un nivel alto de materia orgánica en el suelo (mínimo un 2%)

• Rotar cultivos, las diferentes especies de plantas atraerán vida microbiana heterogénea perfecta para combatir hongos que afectan a las plantas y conseguir la máxima fertilidad.

• Incorporar abono y materia orgánica, ya que este ayuda a mejorar la textura y estructura de la tierra, incrementa la retención de la humedad y aporta nutrientes para el crecimiento de las plantas.