¡AL AGUA PATO!

¡AL AGUA PATO!

Ya es oficial. El calor ya llegó y con él la apertura de la temporada de piscina.

Nada más delicioso en un día de calor que meterse al agüita, estirar los músculos, bracear un poquito y relajarse en el agua mirando las nubes pasar. Ahora si a eso le ponemos arenas blancas, palmeras y unas margaritas ¡mejor! Sin embargo, aún sin estos incentivos, el agua fresca en un día de calor es bienvenida. Nosotros bien sabemos que la gimnasia en el agua es muy beneficiosa para nosotros y las razones son muchas. Así mismo, las terapias de rehabilitación acuaticas son súper eficientes y los resultados increíbles. Y si nos resulta tan bien a nosotros, por qué no a nuestros caballos.

Hace ya mucho tiempo que se usa la hidroterapia en equinos. Hay sistemas más sofisticados que otros y usos diversos. Desde tratar lesiones hasta una rutina de entrenamiento para deportistas de “elite”. Desde un tranque hasta cintas caminadoras en un cubo de cristal que se va llenando de agua. Pero, ¿De qué se trata?

Según la raza y la edad, hay caballos que tienden a cansarse más que otros luego de una actividad al aire libre, como una exposición, carrera o simplemente por estar mucho tiempo en potreros. La hidroterapia equina, al igual que para los humanos, busca relajar el sistema muscular y generar una sensación de descanso, que para el caso de los animales puede ser hasta 30% más provechosa que una jornada de masajes. Es un tratamiento que tiene como objetivo curar lesiones musculares y mejorar el rendimiento físico de los caballos.

Los procesos de recuperación y rehabilitación de los caballos han ido evolucionando a través de diferentes sistemas y, de acuerdo a los expertos, está clínicamente comprobado que este es el mejor tratamiento, sin medicamentos, para la cura y fortalecimiento de músculos, ligamentos, tendones y huesos de los caballos. Uno de los muchos beneficios que tiene la hidroterapia, es que sirve como método alternativo de fisioterapia y rehabilitación, para animales que tienen que retirarse de su preparación física por lesiones en sus músculos o en sus huesos. Normalmente se trata de un ejercicio que se realiza en una piscina de forma circular, donde el entrenador o veterinario le da vueltas al caballo con una cuerda. La misma debe tener un piso de cemento para que no se resbale y una profundidad de unos tres metros. El caballo empieza a dar vueltas nadando, aumentando el número de piscinas progresivamente, y con ello su capacidad de nadar. Es así como el “paciente” puede seguir entrenando sin sentir más dolor.

Lo que sucede con esta terapia es que el frío del agua provoca tres reacciones básicas: la primera es a nivel celular, la segunda tiene que ver con la permeabilidad de las paredes de los vasos, que disminuye, y por eso se reduce la cantidad de líquido que se acumula en la zona afectada y por último, el frío adormece, en cierta medida, la zona de dolor actuando como analgésico local. Esta terapia se debe realizar de dos a tres veces a la semana para ver cambios positivos en el caballo sin dejarlo muy cansado para entrenar.

“20 minutos de piscina equivalen a casi dos horas de ejercicio”.

Adicional a sus ventajas de rehabilitación, moverse a través de la resistencia ejercida por el agua, sin movimientos de impacto, ayuda también a desarrollar una buena capacidad pulmonar, es por esto que se conoce que la hidroterapia es un gran aporte a nivel cardiorespiratorio para los animales de competencia.

El ejercicio de natación puede ser una alternativa en el trabajo diario del caballo atleta, incluyéndolo como parte de su programa de entrenamiento. ¡Ojo con eso!

En Chile ya contamos con algunos centros de rehabilitación para caballos que tienen caminadores con agua o piscinas. Si no tenemos la posibilidad de llevar a nuestros caballos a uno de ellos y si contamos con una piscina grande, podemos meter a nuestros caballos sin problema. Posterior a eso habría que purificar el agua para uso humano. Otra alternativa, es usar los tranques, lagunas o lagos naturales. Una vez que los caballos se acostumbran les encanta y porque no subirse a su lomo mientras nadan. El vínculo caballo-jinete en el agua también se fortalece. Ellos sienten nuestro contacto sin molestarles nuestro peso ya que flotaremos fácilmente. ¿Ya te lo estas imaginando? Atrévete! Al agua pato se ha dicho.

Kassis Perfil

Elizabeth Kassis S.

Directora Ejecutiva de Haras Santa Ana / @elizabeth.kassis

 

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