DEJÓ DE SER “CARLITOS”

DEJÓ DE SER “CARLITOS”

Grandes personajes de la política mundial, encabezados por el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump; íconos del espectáculo como Sting, Danny DeVito, Michael Fox y Bruce Springsteen; y deportistas de excepción como Stephen Curry, Jimmy Connors, Billie Jean King, John McEnroe, Marat Safin, Ivan Lendl, Stefan Edberg, Martina Navratilova, Sergio García, Checo Pérez y Pep Guardiola no quisieron perderse una nueva edición de la batalla entre las dos fulgurantes estrellas del tenis en la final del cuarto Grand Slam del año: elUS Open, disputado en Nueva York, en el estadio Arthur Ashe, el más grande del mundo para este deporte, con capacidad para más de 23.000 espectadores.

Este torneo refleja, en su máxima expresión, todo lo que conforma la industria del deporte más allá de la cancha: atractivos espectáculos para los fanáticos, estrategias de marketing y merchandising de alto nivel. Así como en Wimbledon es tradición consumir toneladas de frutillas con crema, en la ciudad que nunca duerme han creado un trago oficial que mezcla vodka Grey Goose, licor de frambuesa, limonada y bolitas de melón que simulan pelotas de tenis. ¿El resultado? Un éxito total. Se vendieron más de 556.000 vasos a un precio de 23 dólares cada uno, generando ingresos de 12,8 millones de dólares solo por este concepto. Un ejemplo perfecto de marketing de exclusividad: conexión emocional con el campeonato, vaso coleccionable disponible únicamente durante las dos semanas del torneo y un precio Premium justificado. Así, no resulta difícil reunir los ingresos para pagar los 5 millones de dólares que recibieron los campeones individuales.

Todos esperábamos una final muy reñida, de resultado incierto, tal vez con el recuerdo del épico partido de más de cinco horas en Roland Garros, en el que Alcaraz se impuso magistralmente tras salvar tres match points, o algo similar a lo ocurrido en Wimbledon, cuando Sinner se tomó revancha con un triunfo contundente sobre el español. Pero nada de esto sucedió en Nueva York. Desde el inicio hubo un claro dominador: Carlos Alcaraz. Con una estrategia variada e inteligente, se impuso ampliamente al italiano, que lució sorprendido e incómodo, sin poder desplegar la potencia de su juego, el mismo que lo había catapultado al número uno del ranking mundial durante más de 60 semanas.

No fue el partido vibrante que muchos esperaban, y la “culpa” fue del español.

“La actuación de Carlos fue perfecta. Se comprometió a ir por el partido todo el tiempo, intentó presionar a Jannik antes que él. Fue una de las claves. Creo que ambos golpean la pelota rapidísimo y quien golpeaba primero se llevaba la ventaja. Carlos, quizás, tiene más variedad en su juego: puede hacer slice, subir a la red y variar más que Jannik. Pero sí: diría que fue un partido perfecto para Carlos y su actuación fue increíble”, analizó Juan Carlos Ferrero, coach de Alcaraz y número uno del mundo en 2003.

Carlos y Jannik han ganado los últimos ocho torneos de Grand Slam, cuatro cada uno, y por primera vez en veintitrés años una temporada termina sin Federer, Nadal ni Djokovic disputando al menos una final. Con 22 y 24 años respectivamente, son y serán los grandes dominadores del circuito. Salvo lesiones u otros imprevistos, parece difícil que surjan rivales capaces de derrotarlos en partidos a cinco sets.

El tercero en discordia sigue siendo Novak Djokovic, el mejor jugador de la historia, quien a sus 38 años mantiene una encomiable actitud y profesionalismo. Sin embargo, el físico ya no lo acompaña del mismo modo, aunque él mismo ha declarado su intención de defender su medalla de oro olímpica en Los Ángeles 2028… ¡con 41 años! “No te mueras nunca, Nole”, dirían los fanáticos.

Por primera vez en la Era Abierta, dos jugadores disputaron tres finales de Grand Slam en el mismo año. Alcaraz, además, estuvo a un set de lograr un hito inédito: ganar todos sus partidos del torneo en solo tres sets.

Con 22 años y 125 días, Alcaraz ya es el segundo jugador más joven en alcanzar seis trofeos de Grand Slam (solo superado por Björn Borg, que lo logró con 22 años y 32 días). Sus títulos se reparten entre Roland Garros (2024 y 2025), Wimbledon (2023 y 2024) y el US Open (2022 y 2025). Solo le falta conquistar Australia.

Alcaraz terminará 2025 como el indiscutido número uno del mundo y, salvo sorpresas, mantendrá la corona al menos hasta Roland Garros 2026, donde probablemente Sinner buscará revancha en la arcilla parisina. Con esta formidable actuación, Carlos Alcaraz dejó de ser “Carlitos”: ahora es simplemente Carlos, Rey del Tenis Mundial.

¡Enhorabuena!

Alejandro Peric / @alejandropericc

Director Astara Chile Classic presentado por Scotiabank / Korn Ferry Tour 
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