LEÓN XIV, EL FLAMANTE PAPA TENISTA

LEÓN XIV, EL FLAMANTE PAPA TENISTA

Por esas cosas del destino a tres kilómetros del Vaticano se celebraba el Abierto de Italia en el foro romano, mientras el Cardenal Robert Francis Prevost salía al balcón para presentarse y hacer su primer discurso convertido ya en León XIV, el que se emitió. por la pantalla gigante de la Cancha Central, mientras jugaban el italiano Fabio Fognini y el británico Jacob Fearnley.

Un locutor aprovechó. el descanso de los jugadores y anunció: “Señoras y señores, un minuto de atención, por favor. El torneo de Roma saluda la elección del nuevo Papa”. En medio del aplauso, los espectadores seguramente no conocían que el flamante Pontífice es un declarado amante del tenis.

Quienes lo conocieron en el Jockey Club Chiclayo de Per. se animaron a decir que Prevost tenía un interesante revés y que era un ferviente competidor. Vaya curiosidad: el apellido Prevost no es inédito en el mundo del tenis. Revive a los hermanos franceses André e Yvonne Prevost; él fue finalista del Campeonato Amateur de Francia en 1900 y participó En los Juegos Olímpicos de ese año en París; ella ganó el Abierto de Francia 1900 y obtuvo dos medallas plateadas en esos mismos JJ.OO., la segunda edición de la competencia moderna.

Pero el de León XIV y el tenis no es el primer vínculo entre un Papa y las raquetas. Juan Pablo II, cuyo nombre de nacimiento era Karol Wojtyla, fue, probablemente, el Papa más “deportista” de todos. En su juventud, jugaba al fútbol, esquiaba, hacía trekking por la montaña, y nadaba. El tenis, también, ocupó una porción importante entre sus aficiones. Es más: en mayo de 1982, en el hotel Holiday Inn de Roma, se produjo un partido de dobles, en el que jugaron el Papa polaco, su compatriota Wojtek Fibak (10° en 1977) y el peruano Pablo Arraya (29° en 1984).

¿Qué tal jugaba?. Hablaba polaco y yo no entendía nada, pero éramos tocayos: “.Pablo, Pablo!.

No es que él jugara muy bien, pero tenía al lado a un profesional. Fue muy competitivo a pesar de que era un partido divertido y de práctica. La gente que lo acompañaba cantaba malas todas las pelotas m.as que eran dudosas. Me divertí”, concluyó Arraya.

Revisando la historia, el vínculo entre el Vaticano con el tenis existe desde 1551, cuando a un carpintero le encargaron construir una galería de madera para jugar a la pallacorda (el antiguo real tennis, que dio origen al tenis moderno) en el Patio del Belvedere, debajo de la habitación privada del papa Julio III. Aún hoy, en un extremo de los museos vaticanos, dentro de la Ciudad del Vaticano, se conserva un court de tenis, de superficie dura y rojiza. Prevost, el nuevo Papa, estar. extremadamente ocupado desde ahora, pero quizás allí mismo encuentre algún momento de recreo para empu.ar una raqueta y volver a conectarse, al menos por un rato, con aquel “tenista aficionado”.

¡Juego, set, match, León XIV!

Alejandro Peric / @alejandropericc

Director Astara Chile Classic presentado por Scotiabank / Korn Ferry Tour